Sentido de colectividad

Cocoro nació gracias a la suma de pequeños esfuerzos (¡todos ellos importantísimos!), a través de una exitosa campaña de micromecenazgo.

La voluntad de las 4 co-fundadoras ha sido siempre que el proyecto sea colectivo y que quien quiera pueda hacérselo suyo. El sentido de colectividad define la esencia de Cocoro.

Ofrecemos un producto, sí, las bragas menstruales. Pero, al mismo tiempo, ofrecemos también un espacio de conversación, de diálogo, donde pueden convivir diferntes perspectivas, experiencias, realidades y opiniones de todo tipo.

Ya sea a través de nuestras redes sociales, como en cualquier contacto directo de tú a tú, en Cocoro tenemos un firme espíritu de comunidad y de cooperación. Apostamos por el respeto y la libertad de expresión y de decisión, estamos siempre abiertas a diferentes voces, acogiendo y conversando entre diferentes puntos de vista que nos hacen pensar.

La cooperación está presente en el equipo en nuestro día a día: nos escuchamos y nos retroalimentamos para intentar conseguir coordinación y eficiencia en todas las acciones que llevamos a cabo.

Cocoro es posible gracias a un engranaje de muchas personas: de las fundadoras a las clientas, pasando por las proveedoras, las inversoras, las trabajadoras, las colaboradoras y las distribuidoras.

En 2019 realizamos nuestra primera ronda de inversores. El crowdequity, o financiación colectiva, permitió a mucha gente invertir en el proyecto con la cantidad deseada, a su medida, sin mínimos inalcanzables. Fue un éxito con centenares de participaciones y no descartamos volver a ofrecer esta opción en un futuro.

Queremos llegar cada vez más lejos y, a la vez, más cerca de todo el mundo para hacer de las bragas menstruales un producto de uso habitual. Queremos seguir yendo más allá buscando retos que nos motiven y nos ayuden a aportar mejoras a diferentes niveles constantemente. Con decisión, convicción y sentido del humor. Entre todas.

Si queréis formar parte de ello, os damos la bienvenida.